lunes, 15 de noviembre de 2010

Robot cirujano en Colombia

 
EL sábado (28 de Enero de 2010) se hará por primera vez en nuestro país una cirugía robótica. Cuatro pacientes diagnosticados con cáncer de próstata serán operados por el robot Da Vinci. Una máquina con cuatro brazos largos y asombrosamente ágiles —manejados por un médico a través de controles ubicados en un módulo dentro de la misma sala de cirugía— que proyecta las imágenes del organismo en tercera dimensión y hace que la intervención sea más rápida y el tiempo de recuperación del paciente mucho más corto.

Desde hace tres años el doctor Luis Eduardo Cavelier, gerente de la Clínica de Marly de Bogotá, junto con otros colegas de la entidad soñaban con traer a Da Vinci a Colombia. En todas las conferencias y congresos a los que asistían en el exterior el tema siempre era el mismo: la cirugía robótica y sus innumerables ventajas.

En el mundo sólo existen 2.000 robots Da Vinci y en Latinoamérica hay únicamente cinco: en Brasil, Chile, México, Argentina y Venezuela. Su costo es extremadamente alto, por eso es un gran logro que una clínica colombiana haya podido adquirirlo. Por el momento, sólo cuatro cirujanos de la Marly están capacitados para realizar intervenciones con la asistencia de esta máquina, que recibe su nombre en honor a Leonardo da Vinci, quien en 1495 diseñó los primeros planos de un robot humanoide.

En principio, este moderno aparato será utilizado en operaciones de próstata, ginecológicas, intestinales y bariátricas. Dentro de un tiempo, y cuando haya más médicos entrenados, también se empleará en intervenciones pediátricas y del corazón. Julián Sotomayor, uno de los cirujanos capacitados para manejar a Da Vinci, asegura emocionado que se trata de una máquina muy especial, un avance extraordinario de la ciencia, que debe manipularse con movimientos sutiles pues es demasiado sensible.

Cavelier explica que las ventajas de realizar una cirugía robótica son enormes. Por ejemplo, permite ver las estructuras del organismo mucho más grandes y de esta forma los médicos tiene más posibilidades de preservarlas, ya que a veces las arterias son tan diminutas que se ven afectadas en la cirugía y esto puede, en algunos casos, contribuir a que una persona que es operada de la próstata, por ejemplo, después de la intervención quede con problemas de incontinencia urinaria o impotencia.

Además, el paciente sangra menos, se puede acceder más fácil a los tejidos, el postoperatorio no es tan doloroso y se reducen las complicaciones y riesgos de desarrollar infecciones durante este período. Manuel Rueda Salazar, director científico y gerente de Litomédica (la entidad que junto con Marly participó en la compra del robot), explica que las imágenes ampliadas y en tercera dimensión que proporciona Da Vinci también contribuyen a eliminar los puntos ciegos durante la cirugía y a dar mayor precisión y seguridad.

Sin embargo, se trata de una operación sumamente costosa por el nivel de tecnología tan alto que se está utilizando. Así que por ahora únicamente los pacientes con poder adquisitivo tendrán la oportunidad de ser operados con este robot.

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