jueves, 13 de enero de 2011

COLOMBIA, AZOTADA POR LA TEMPORADA DE LLUVIAS MAS FUERTE DE LOS ULTIMOS 40 AÑOS




Hace cinco meses que los colombianos viven empapados. Desde finales de septiembre del año pasado no para de llover, y sin duda, este ha sido uno de los inviernos más duros en la historia de Colombia. Desde 1970 no se registraba una ola de lluvias tan fuerte y se espera que continúen hasta abril del 2011.

Las intensas precipitaciones azotan por completo al país y han dejado un millón de hectáreas bajo el agua. Adriana Caviedes vocera de la Dirección de Gestión del Riesgo, afirma que: "hasta la fecha se encuentran reportados 2.234.000 damnificados, lo que equivale a 401.337 familias colombianas y hay registrados 311 muertos". Estos más de 2,2 millones de "desplazados ambientales", se suman a los 3 millones que tuvieron que dejar sus hogares por la guerrilla, según cifras de la ONU. En total, suman más del 10 por ciento de la población colombiana.

A lo largo del territorio se pueden ver hogares destruidos por las avalanchas y los aguaceros despiadados: pueblos enteros sumergidos bajo los ríos desbordados. Son muchos los que necesitan asistencia. Lo perdieron todo. Los deslizamientos de tierra y barro no entienden de obstáculos este invierno y acaban con todo a su paso. "Terminan saliendo con lo que tienen puesto", cuenta Caviedes. El Ministerio del Interior entrega cada 15 días ayudas como: azúcar, café, leche, harina, pan, toallas, pañales, artículos de higiene y cocina.

Los colombianos ayudan: la Cruz Roja recibió donaciones por 136 toneladas de comida. Pero la buena voluntad no alcanza. "Cuando la gente se recupera llueve de nuevo. Se crean nuevos deslizamientos" y el círculo no para, explica Carolina Montealegre, funcionaria del área de Atención de Desastres del mismo ministerio. Lo urgente ahora es reubicar a los afectados en territorios seguros.

La costa atlántica es una de las regiones más arruinadas. Transitar por la Troncal del Caribe entre Santa Marta y Barranquilla es un golpe al corazón. A cada lado de la autopista se ven pueblos arrasados por las crecientes y gente -mucha- pidiendo ayuda. Según Hernan Lobo, Secretario de Planeación de la alcaldía de Pueblo Viejo, en las afueras de Santa Marta, más del 90% del territorio está inundado y 15.000 de los 27.000 habitantes de la región se quedaron en la calle. "No tenemos donde reubicar a tantas personas", explica el funcionario.

Sus habitantes no tienen más remedio que salir a la ruta principal para pedir auxilio. "Hay unos que son conscientes de corazón. A veces el auto para y da unas compritas, otras veces dan dinero", cuenta Desié Herrera de 20 años, mientras sostiene a su pequeña hija en brazos, lo único que le queda.

William Romero, integrante de la policía local dice que la cantidad de desplazados es tan grande que "llegan a bloquear la ruta para pedir algo. La fuerza pública ha tenido que intervenir en la Troncal".

Los pies llenos de humedad de los colombianos luchan contra el barro y empiezan a enfermarse. A pulmón tratan de mantenerlos secos. El éxito no está de su lado. Construyen sobre las áreas inundadas plataformas rudimentarias de madera a las que llaman "tambos", para que los separe del agua que rodea sus casas. "Las canoas y los tambos son la única salvación", relata Javier Monsalvo de 50 años, un campesino de Pueblo Viejo.

El impacto que deja la temporada invernal en el país debido al Fenómeno de la Niña es crítico. Su recuperación depende de la eficiencia del Gobierno de Juan Manuel Santos. El presidente de Colombia prometió crear el "Fondo para la Estabilización, la Reconstrucción y el Desarrollo Económico, Social y Ambiental" para mitigar los efectos de la lluvia y devolverle la calidad de vida de los desplazados por las tormentas mientras el agua sigue sin escuchar los ruegos, furiosa, desde el cielo.

DATOS
Marisabel Basto Diaz
C.I.: 19.776.556
SECCION:2
ASIGNATURA: EES


No hay comentarios:

Publicar un comentario